Hace casi un año, respondiendo a un llamado de nuestro amigo Miguel BUESO, empezamos -a través de nuestra asociación "Pequeños Príncipes"- a interesarnos por el caso de Virgilio.
En junio de este año, tuve el privilegio de conocerle personalmente. Pensaba que iba a encontrarme con un chico abatido y castigado por su cruel enfermedad, pero no fue así: el joven que me esperaba delante de la capilla del Kolbe parecía lleno de vida y con una sonrisa amplia que iluminada todo su ser.
Estuvimos platicando casi dos horas y aprovechamos la ocasión para hacer este pequeño video.
Me daba cierto pudor publicarlo aquí. No obstante decidí hacerlo para que su familia y sus amigos pudiesen recordarlo mejor.
Las personas no mueren mientras haya un ser humano que las recuerde y las tenga en sus pensamientos. Virgilio tenía muchos amigos y su recuerdo seguirá vivo entre nosotros durante muchos años.
Allí donde estés, querido Virgilio, espero que este video -que no llegaste a ver- dibuje sobre tus labios esta generosa sonrisa a la que nos tenías acostumbrados.
Más allá de la muerte, recibe este humilde homenaje con nuestro fraternal y cariñoso abrazo.
Denis Roland JURADO