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Socio fundador
Presidente de Honor a título póstumo

Antonio TORTOSA SÁNCHEZ

(1946-2011)

No resulta nada fácil escribir sobre un amigo tan entrañable como lo era Antonio para mi.

Podría glosar la imagen del Doctor TORTOSA SÁNCHEZ, apreciado cirujano que era, en el hospital de Baza, donde cuidó de la salud de varias generaciones de bastetanos durante décadas, la del investigador enamorado de su profesión, autor de un importante ensayo, "Menor maduro", o la del intelectual "Meria Albari", poeta y escritor, que nos intrigaba con sus ingeniosos poemas vampíricos y nos conmovía con sus cuentos y relatos, rebosantes siempre de una gran humanidad. 

Para mi fue un gran amigo, sincero y fiel, irremplazable. Era de estas personas que uno adopta inmediatamente, desde el primer instante, como un miembro más de su familia; de estas personas en las que uno confía, espontánea y ciegamente, como si lo conociera de toda la vida.

Antonio TORTOSA SÁNCHEZ era todo esto y mucho más. Pero fue, por encima de todo, un hombre bueno, sensible y generoso, con una gran preocupación por los demás.

Fue la primera persona que se unió a mi y me brindó su incondicional apoyo cuando tomé la decisión de crear esta asociación para ayudar a jóvenes desfavorecidos de Honduras. Es, por lo tanto, uno de los miembros fundadores de Pequeños Príncipes donde cobró mayor protagonismo, si cabe, el año mismo de su muerte, cuando decidió traer a España a Virgilio, un joven estudiante hondureño aquejado de cáncer linfático, para que recibiera tratamiento médico en su hospital. El estado de Virgilio empeoraba por momento y Antonio sabía que el tiempo jugaba en su contra, pero no cejó en su empeño y fue superando los obstáculo, tanto administrativos como económicos, uno trás uno.

Los dos lucharon con todas sus fuerzas, desesperadamente, contra la misma enfermedad, pero lamentablemente los dos sucumbieron ante ella: Virgilio falleció en septiembre y Antonio, dos meses después, en diciembre del mismo año 2011.

Quedan allí, sin embargo, su ejemplo y, para todos los que les conocimos y les apreciamos, su imagen, el imborrable recuerdo de lo que fueron y la profunda huella que dejaron en nuestros corazones.

Allá donde estés, recibe este sencillo homenaje con todo mi afecto.

¡Hasta siempre, querido Antonio, amigo, hermano!

Denis Roland Jurado

 

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